La energía agrovoltaica podría triplicar la generación renovable anual de Europa Central, alcanzando 191 TWh

Informe de Ember.

La República Checa, Hungría, Polonia y Eslovaquia tienen capacidad para desplegar un total de 180 GW de energía agrovoltaica y casi triplicar la producción anual de energía renovable de Europa Central, pasando de 73 TWh a 191 TWh, según el último informe de Ember. Solo el 9% de esta generación renovable permitiría cubrir todas las necesidades de electricidad de la agricultura y el procesamiento de alimentos de estos países.

El informe de Ember analiza el potencial de la energía agrovoltaica para señalar los beneficios para los agricultores y los sistemas energéticos de los países de Europa Central. Imágenes: Ember.

La energía agrovoltaica podría contribuir significativamente a la consecución de los 60 GW de energía solar que plantean la suma de los PNIEC de los cuatro países centroeuropeos, frente a los 25 GW actuales de capacidad solar total instalada. El informe ‘Empoderar a los agricultores en Europa Central: el caso de la energía fotovoltaica agrícola’ de Ember recoge los principales beneficios de la energía agrovoltaica y se examina su potencial en cuatro países de Europa Central: República Checa, Hungría, Polonia y Eslovaquia.

Mediante el análisis del impacto de este tipo de energía en el rendimiento de los cultivos y las oportunidades de generación eléctrica, el documento proporciona estimaciones de la eficiencia del uso de la tierra. Además, se comparan las políticas de energía agrovoltaica en diferentes países europeos, ofreciendo las mejores prácticas y recomendaciones para los países que aún no han introducido una legislación sobre este tipo de energía.

La energía fotovoltaica aumenta el rendimiento de los cultivos

El uso de la tecnología fotovoltaica ofrece numerosos beneficios para los cultivos, ya que puede crear un microclima modificado debajo de los paneles solares al alterar factores como la temperatura del aire, la humedad relativa, la velocidad y dirección del viento y la humedad del suelo. También protege los cultivos tanto de la radiación solar excesiva como de las condiciones climáticas adversas, y promueve un uso más eficiente del agua, lo que podría reducir el consumo de agua y estabilizar los rendimientos durante los periodos de sequía.

La protección de los cultivos, el aumento del rendimiento y el uso eficiente del agua son algunos de los beneficios que las instalaciones agrovoltaicas confieren a los agricultores.

Esto es particularmente importante en Europa Central, dado que estos cuatro países cubren el 19% de la tierra cultivable de la UE y producen volúmenes sustanciales de ciertos cultivos: el 20% del trigo, el 29% de la avena, el 37% del centeno y el 57% de las bayas. Esta producción de alimentos está ahora en riesgo debido al deterioro de las condiciones financieras para los agricultores, la volatilidad de los precios de los fertilizantes y los impactos del cambio climático.

Si bien la energía solar y la agricultura a menudo se consideran incompatibles, los sistemas agrovoltaicos pueden aumentar el rendimiento de los cultivos para ciertos tipos de plantas. El informe de Ember afirma que la energía fotovoltaica instalada sobre frutas y bayas aumenta el rendimiento de estos cultivos hasta en un 16% con un 35% de sombra, en comparación con una referencia sin sombra.

Se pueden aplicar instalaciones fotovoltaicas en altura o interespaciadas según el tipo de cultivo.

No obstante, los cereales, el maíz y los tubérculos son más sensibles al sombreado, por lo que estos cultivos se pueden combinar con sistemas interespaciados, es decir, manteniendo una distancia entre hileras de unos 10 metros, lo que limita el sombreado a entre el 10% y el 20% (dependiendo de la ubicación y la altura de los paneles), lo que garantiza al menos un 80% de rendimiento de los cultivos. Además, las potenciales pérdidas se compensarían con los ingresos por la venta de electricidad, según los cálculos del informe.

Solo los cultivos que se benefician de la sombra, como las bayas, podrían cubrirse con 39 GW de energía fotovoltaica agrícola. Además, los paneles solares verticales entre los cereales podrían sumar otros 141 GW. Cabe destacar que la eficiencia del uso de la tierra puede alcanzar el 178% en comparación con las parcelas utilizadas por separado para fines agrícolas o de energía solar.

Ausencia de legislación unitaria en la UE

Según recoge el documento de Ember, el potencial total de generación de energía agrovoltaica en República Checa, Hungría, Polonia y Eslovaquia es de 191 TWh, 10 veces más que la demanda eléctrica de la agricultura y el procesamiento de alimentos (17 TWh). Esto también equivale al 68% de la demanda actual de electricidad en estos países y casi tres veces la producción anual de electricidad renovable de Europa Central, pasando de 73 TWh a 191 TWh.

Según el informe de Ember, solo el 9% de la energía agrovoltaica potencial en los países analizados es suficiente para cubrir todas las necesidades de electricidad del sector agrícola.

No obstante, la falta de legislación en materia agrovoltaica frena su desarrollo en estos países. La falta de una definición armonizada de la UE de energía agrovoltaica implica que los Estados miembros son responsables de definir el concepto e introducir la legislación pertinente que, además, debe garantizar que las tierras agrícolas conserven sus características tras la instalación de sistemas fotovoltaicos para que sigan siendo subvencionables en el marco de la Política Agrícola Común (PAC).

Los expertos de Ember señalan que para facilitar el despliegue agrovoltaico se requerirá una planificación espacial eficiente y la simplificación de los procedimientos de concesión de permisos y conexión a la red. También subrayan que se debe evitar la erosión y el daño del suelo, y que el desmantelamiento de los sistemas fotovoltaicos se realice sin ningún daño permanente a la tierra.

En Europa, los países con el mayor número de proyectos agrovoltaicos son Alemania, Francia, Italia y los Países Bajos. En 2021, Alemania introdujo la primera norma técnica que proporciona directrices claras para definir sistemas agrovoltaicos específicos y, según una encuesta, más del 70% de los agricultores alemanes están dispuestos a implementar esta tecnología. La regulación recientemente aprobada en República Checa muestra que los cambios regulatorios también son alcanzables en otros países, aunque el documento sugiere que la legislación checa aún muestra un amplio margen de mejora.

La disparidad en la definición del concepto de energía agrovoltaica entre Estados miembros provoca que no exista una política unitaria en la UE en materia de energía fotovoltaica en tierras agrícolas.

Por lo general, los legisladores tienen como objetivo garantizar un rendimiento relativo mínimo de los cultivos, al tiempo que introducen restricciones en el diseño de la instalación solar. Pero estos dos requisitos no siempre están alineados y, a menudo, no tienen en cuenta los diferentes tipos de cultivos ni proporcionan orientación sobre las mediciones del rendimiento relativo de los cultivos.

Para garantizar mejores resultados para este tipo de proyectos, el proceso de cambios legislativos debe ir acompañado de una estrecha cooperación con los agricultores y los órganos pertinentes, y de la utilización de la experiencia de los países con explotaciones fotovoltaicas agrícolas de éxito, según recomiendan los expertos.

Recomendaciones para el despliegue agrovoltaico centroeuropeo

En base al análisis sobre el potencial agrovoltaico de estos países, el informe de Ember emite una serie de recomendaciones para introducir una legislación sobre energía fotovoltaica agrícola en caso de no contar con ella, o ampliarla para abarcar múltiples tipos de sistemas agrovoltaicos.

En primer lugar, señala que los beneficios económicos y la seguridad de la propiedad y las inversiones para los agricultores deberían ser la prioridad de los esfuerzos para promover la energía fotovoltaica agrícola, junto con la sensibilización y la aceptación del público. Por ello, subrayan la necesidad de que los agricultores que hagan uso de la energía agrovoltaica reciban apoyo mediante subvenciones.

Proyecto agrovoltaico en Školky Litomyšl (República Checa) sobre cultivos de hortalizas y bayas con una producción prevista de hasta 6 MWp en siete hectáreas.

En segundo lugar, los expertos recomiendan incluir en la legislación todos los tipos de energía fotovoltaica agrícola, dado que excluir determinadas tipologías de la normativa reduce significativamente su potencial. Al mismo tiempo, es necesario preservar las tierras agrícolas para la producción de alimentos mediante requisitos mínimos de rendimiento de los cultivos y su seguimiento riguroso, afirman. También recomiendan apoyar programas de I+D para superar los desafíos técnicos del sector.

Asimismo, recomiendan asignar objetivos de capacidad fotovoltaica específicos y apoyo financiero en los planes estratégicos de la PAC de cada Estado miembro. Por último, subrayan la necesidad de apoyar los subsidios a la inversión para incluir a los agricultores en la transición energética. Dado que la energía fotovoltaica agrícola se encuentra en las primeras etapas de desarrollo en toda Europa Central, el documento señala la posibilidad de que los gobiernos consideren subsidios a los gastos de capital para reducir las barreras de entrada para los agricultores.

 
 
PATROCINIO
Salir de la versión móvil