La creciente inversión en la fabricación de tecnologías renovables, especialmente de energía solar fotovoltaica y baterías, se está convirtiendo en un poderoso motor económico a nivel mundial. Según el informe Advancing Clean Technology Manufacturing de la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés), la inversión global en la fabricación de cinco tecnologías clave de energía limpia (solar fotovoltaica, eólica, baterías, electrolizadores y bombas de calor) aumentó a 200.000 millones de dólares en 2023, un aumento de más del 70% desde 2022 que representó alrededor del 4% del crecimiento del PIB mundial. En concreto, la capacidad mundial de fabricación de energía solar fotovoltaica ya cumple con lo que se necesita en esta década en la trayectoria para alcanzar la neutralidad climática.
El informe de la IEA señala que la inversión en la fabricación de tecnologías de solar fotovoltaica, eólica, baterías, electrolizadores y bombas de calor alcanzó 200.000 millones de dólares en 2023, frente a 115.000 millones de dólares en 2022. Las estimaciones de los expertos de la IEA señalan que alrededor del 40% de la inversión mundial en fabricación de tecnologías limpias en 2023 se destinó a instalaciones que entrarán en funcionamiento en 2024.
Las inversiones estuvieron dominadas por las instalaciones de fabricación de energía solar fotovoltaica y baterías, incluidas las destinadas a producir sus componentes principales, que en conjunto representaron el 95% del total en 2023. Cuando se analiza en detalle la cartera de proyectos anunciados para la fabricación de tecnologías limpias, el 85% de los proyectos de fabricación de energía solar fotovoltaica comprometidos y alrededor de un tercio de las instalaciones de fabricación de baterías están previstos para entrar en funcionamiento en 2025.
Solo estas instalaciones, combinadas con las que ya están instaladas, podrían producir alrededor del 150% en el caso de la energía solar fotovoltaica y el 55% en el caso de las baterías, de los niveles de implementación global en 2030 necesarios para alcanzar un escenario de emisiones netas cero para 2050.
Fabricación de paneles solares y baterías para la descarbonización
Según el documento, la inversión en la fabricación de energía solar fotovoltaica se duplicó con creces hasta alcanzar unos 80.000 millones de dólares en 2023. Como resultado del aumento de la capacidad de fabricación, los ingresos de las cinco principales empresas de fabricación de energía solar fotovoltaica aumentaron de solo 10.000 millones de dólares sobre una base anualizada en el primer trimestre de 2017, a más de 100.000 millones de dólares en el cuarto trimestre de 2022, antes de caer ligeramente durante los primeros tres trimestres de 2023.
Por su parte, la inversión en la fabricación de baterías creció alrededor de un 60%, hasta los 110.000 millones de dólares. Así, los ingresos por fabricación de baterías experimentaron una tasa de crecimiento similar a la energía fotovoltaica, alcanzando los 200.000 millones en el tercer trimestre de 2023.
Como resultado, la capacidad actual de fabricación de módulos solares fotovoltaicos ya está en línea con lo que se necesita en 2030 según el escenario de emisiones netas cero de la IEA para 2050. En el caso de las baterías, si se incluyen los proyectos anunciados, la capacidad de fabricación estaría al 90% para satisfacer la demanda al final de esta década.
Concentración geográfica de las energías renovables
A nivel internacional, la fabricación de energías limpias se concentra en unas pocas regiones. China alberga actualmente más del 80% de la capacidad mundial de fabricación de módulos solares fotovoltaicos y el 95% de las obleas. Parece poco probable que esto cambie significativamente en esta década, ya que las previsiones del informe señalan que el país asiático igualará o superará las adiciones de capacidad planificadas en otros países como Estados Unidos e India.
Sin embargo, el informe concluye que la fabricación de celdas de batería podría estar menos concentrada geográficamente para finales de esta década dado que, si todos los proyectos anunciados se llevan a cabo, Europa y Estados Unidos podrían alcanzar cada uno alrededor del 15% de la capacidad instalada mundial de baterías para 2030.
Los datos del informe basados en evaluaciones de más de 750 instalaciones indican que China sigue siendo el productor de menor coste de todas las tecnologías de energía limpia. Las instalaciones de fabricación de energía solar fotovoltaica, energía eólica y baterías suelen ser entre un 20% y un 30% más caras en la India que en China, y entre un 70% y un 130% más caras en Estados Unidos y Europa. Se estima que entre el 70% y 98% de los costes totales de producción de estas tecnologías provienen de costes operativos, que incluyen insumos como energía, mano de obra y materiales.
Demanda de tecnologías de energía limpia
En línea con los datos de fabricación a nivel mundial, China representó tres cuartas partes de la inversión en 2023. Tanto Estados Unidos como la Unión Europea lograron avances significativos en 2023, y su participación combinada en la inversión total en fabricación de tecnologías limpias alcanzó el 16% en 2023, frente al 11% en 2022. Por su parte, India, Japón, Corea del Sur y los países del sudeste asiático hicieron contribuciones importantes en áreas específicas, mientras que la inversión en regiones como África, América Central y América del Sur fue casi insignificante, según el informe.
La prominencia de China, Estados Unidos y la Unión Europea en la inversión global en fabricación de tecnologías limpias ha sido impulsada en parte por la fuerte demanda interna de tecnologías renovables, la inversión en innovación y el gran tamaño de estos mercados, entre otros factores a los que apunta el documento. Solo China representa actualmente entre el 30% y el 75% de la demanda mundial de las tecnologías de energía limpia que recoge este informe.
Sin embargo, los expertos de la IEA advierten que la concentración de la demanda en estas tres regiones puede aumentar aún más la brecha de inversión entre las economías avanzadas y emergentes. Se proyecta que las economías emergentes tan solo representarán entre el 0% y el 10% de la capacidad de fabricación anunciada para 2030 sobre la base de los proyectos anunciados. Dados los bajos niveles actuales de demanda en estos países, representa un gran reto para estos países atraer inversiones en la fabricación de tecnologías de energía limpia.