Nuevas directrices para la hibridación de la energía fotovoltaica, la agricultura y la ganadería en el marco del proyecto Go Agrovoltaica

Cartel del proyecto Go Agrovoltaica.

El proyecto Go Agrovoltaica arrancó en 2021 con el objetivo de preservar, restaurar y mejorar el uso agrícola de los suelos en los huertos solares de forma que las instalaciones fotovoltaicas no desplacen a las explotaciones agroganaderas, mejorando al mismo tiempo la eficiencia energética de las mismas. La doble convivencia entre fotovoltaica y agricultura/ganadería que se persigue con este proyecto permite reducir el impacto ambiental de las placas solares, además de producir beneficios económicos y sociales adicionales. Los investigadores han realizado proyectos piloto en Castilla y León, Valencia y Extremadura para realizar una guía de buenas prácticas, así como un estudio de prospectiva para guiar acerca de los mejores parámetros para llevar a cabo instalaciones agrovoltaicas.

El proyecto Go Agrovoltaica ha realizado una investigación para emitir recomendaciones y directrices para alcanzar el máximo provecho de la hibridación de la energía solar fotovoltaica y la agricultura y/o ganadería. Foto: Go Agrovoltaica.

El proyecto dota al concepto de energía agrovoltaica de un enfoque de ecosistemas novedoso que refuerza la resiliencia de la energía renovable y la seguridad de las prácticas agrarias en un clima cambiante mediante la creación de un híbrido de infraestructura para prácticas agrarias y energía solar fotovoltaica, donde los cultivos se labran en la sombra parcial de la infraestructura solar.

La convivencia en una misma zona de actividades agrícolas y plantas fotovoltaicas permite generar beneficio para las comunidades locales, posibilitando un uso más eficiente de la tierra y preservando o incluso mejorando la biodiversidad.

Para alcanzar el objetivo propuesto, el proyecto ha contado con un consorcio formado por un clúster de energía (Cylsolar), dos centros tecnológicos (Cicytex e Itacyl), dos agencias de la energía (Agenex y APEA), dos asociaciones (CEOE Ávila y La Unió), y una entidad subcontratada (Cidaut).

El proyecto ha sido cofinanciado en un 80% por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) y en un 20% por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), dentro de las ayudas a la ejecución de proyectos innovadores de interés general en el marco del Programa Nacional de Desarrollo Rural (PNDR).

Guía de buenas prácticas

En primer lugar, debe distinguirse tres tipos de cultivos compatibles con las instalaciones fotovoltaicas: cubiertas vegetales y pastoreo regenerativo, cubiertas vegetales para su aprovechamiento forrajero y cultivo de aromáticas en suelos fotovoltaicos.

En el primer y segundo caso, los investigadores de Go Agrovoltaica han emitido una serie de recomendaciones: la realización de estudio edafológico y climático de la zona donde está instalada la planta fotovoltaica; la elección de especies pratenses con capacidad de auto-siembra, preferiblemente de porte bajo y ciclo corto; incluir a las leguminosas como familia mayoritaria en la cubierta vegetal a implantar; o la ejecución de labores preparatorias del terreno para minimizar pases y emisiones de polvo.

Uno de los factores a tener en cuenta es la preparación adecuada del terreno donde se va a hibridar el cultivo y la planta fotovoltaica para minimizar la emisión de polvo. Foto: Ángel Sánchez, coordinador de Desarrollo Sostenible de la Junta de Extremadura.

En el caso de compatibilizar el pastoreo con el terreno de la planta fotovoltaica, los investigadores recomiendan evitar la degradación de la capa superficial del suelo especialmente en aprovechamientos con el terreno seco para evitar la generación de polvo en la instalación; evitar la presencia permanente del ganado en la planta fotovoltaica, por lo que se recomienda realizar la trasterminancia a explotaciones cercanas; y cumplir en todo momento con el condicionado exigido en la Declaración de Impacto Ambiental de la planta fotovoltaica en lo relacionado al posible aprovechamiento ganadero.

Además, es importante la utilización de maquinaria agrícola apropiada que pueda cumplir adecuadamente su función en el ámbito de trabajo de la planta fotovoltaica cumpliendo en todo momento con las medidas de seguridad exigidas; programar las siegas adecuadamente, según la climatología de cada año, de manera que la vegetación no dificulte la explotación fotovoltaica, y permitiendo que la pradera pueda producir semilla para autopropagarse.

Compatibilizar el pastoreo regenerativo con plantas fotovoltaicas requiere medidas para salvaguardar la integridad de los módulos fotovoltaicos y de los animales. Foto: Cicytex.

En el caso del cultivo de aromáticas en suelos fotovoltaicos, los investigadores recomiendan la realización de un estudio edafológico y climático de la zona donde está instalada la planta fotovoltaica, prestando especial atención a la capacidad de drenaje del suelo. Por otro lado, los expertos de Go Agrovoltaica sugieren priorizar el cultivo ecológico, dado que permite alcanzar los mejores precios de la cosecha para este tipo de producciones, además de los beneficios para la huella ambiental del cultivo.

A partir del análisis de viabilidad realizado, los investigadores han determinado que en este caso sólo los cultivos en regadío pueden ser rentables, aunque es cierto que los cultivos en secano podrían ser rentables si las distancias entre paneles solares fuesen amplias lo cual podría permitir mayor densidad de plantas.

Además, sugieren la posibilidad de cooperativizar la producción con otros agricultores generando economías de escala y abriendo la posibilidad de invertir en un destilador, cerrando así el ciclo productivo y adquiriendo para sí la etapa generadora del mayor porcentaje de valor añadido del cultivo de aromáticas.

Es preciso valorar la necesidad de emplear maquinaria dado que su uso puede generar riegos en cuanto al cableado del campo fotovoltaico. Foto: Ángel Sánchez, coordinador de Desarrollo Sostenible de la Junta de Extremadura.

Por último, indican que se debe valorar el uso de maquinaria, no sólo por el riesgo que conlleva respecto del cableado del huerto solar sino también porque la cosecha realizada a mano aumenta la calidad de la planta cosechada. Aunque cuanto mayor pudiese ser la cosecha la necesidad de maquinaria aumenta, debería decidirse su uso en función del riesgo general admisible para la planta fotovoltaica.

Para la puesta en práctica de estas recomendaciones, habrá que tener en cuenta si se trata de una instalación fotovoltaica diseñada desde cero, en cuyo caso se deberá implementar la gran
mayoría de propuestas, o si se busca reconfigurar la utilización de una ya existente para compatibilizar el uso energético con el uso agrario, ya que en ese caso habrá que adaptarse a las limitaciones propias de la instalación.

Estudio de prospectiva

Por otro lado, el proyecto Go Agrovoltaica ha elaborado un estudio de prospectiva con la finalidad de identificar aquellos aspectos que pueden tener un impacto social, tecnológico y económico en el futuro en relación al desarrollo de proyectos agrovoltaicos en las regiones de Castilla y León, Extremadura y Comunidad Valenciana, aprovechando la experiencia adquirida a lo largo del proyecto.

No todas las explotaciones son adecuadas para una explotación agrovoltaica basada en la producción agrícola o la ganadería extensiva que busque rentabilizar al máximo estas actividades junto a una actividad fotovoltaica preexistente. Por ello, es necesario contar con una configuración del campo solar que permita realizar labores específicas para la compatibilización con la actividad agraria, como el correcto manejo del ganado, el parcelamiento de las explotaciones por secciones, posibles tratamientos y mejoras de la capa vegetal preexistente, o cualquier otra necesidad de tipo agro-ganadero que pueda surgir de la nueva y reforzada actividad agrícola y ganadera en convivencia con la explotación fotovoltaica.

Castilla y León fue una de las tres comunidades autónomas elegidas para realizar las pruebas piloto de Go Agrovoltaica dada la importancia del sector agrario en la región. Foto: Cylsolar.

Por ello, los investigadores han designado una serie de elementos del campo solar para considerar la correcta introducción del cultivo en plantas fotovoltaicas. En primer lugar, en el caso probable de hacer labores de mejora del terreno y para cualquier necesidad de introducción de maquinaria, hay que contemplar que la distancia mínima entre paneles sea de entre 6 y 7 metros.

En segundo lugar, es preciso tener en cuenta la inclinación del terreno dado que una inclinación excesiva con presencia de paneles fotovoltaicos normalmente implica un aprovechamiento máximo de las pendientes orientadas al sur, lo que no deja espacio suficiente entre ejes. Relacionado con esto, un terreno con una orientación favorable hacia el sur en un terreno muy inclinado va en detrimento de la actividad agropecuaria en combinación con la fotovoltaica, ya que se tiende a maximizar la densidad de paneles, no dejando espacio suficiente entre ejes.

En cuanto a la elección de módulos fotovoltaicos, los paneles con un seguidor este-oeste están pensados para maximizar la densidad de paneles por hectárea, especialmente en campos solares con orientación favorable, por lo que no suelen estar en terrenos apropiados para la coexplotación agro-ganadera y fotovoltaica. Los seguidores solares multieje dejan una gran distancia entre paneles y pocas sombras, pero no son relevantes en el contexto tecnológico actual. Por su parte, los paneles solares fijos sin seguidores cuentan con la mayor distancia, pero se suelen instalar en terrenos con poca inclinación.

En cuanto a los movimientos de tierras y calidad del suelo, los investigadores señalan que se debe limitar la cantidad de tierra que se mueva en una planta, para evitar la pérdida de suelo fértil.

En base a todos los puntos anteriores, los investigadores señalan la posibilidad de estudiar la introducción de elementos de diseño del campo solar, que fomenten y permitan la agro-voltaica con o sin ganadería extensiva, limitando la instalación de plantas fotovoltaicas en terrenos con una inclinación acusada, para impedir movimientos de tierra y altas densidades de paneles que impidan que haya un mínimo de espacio para el desarrollo de la actividad agrícola-ganadera y labores asociadas, y definiendo la distancia mínima entre paneles en aquellos terrenos que sí sean elegibles por su inclinación.

Los investigadores señalan que este tipo de exigencias encaminadas a maximizar el aprovechamiento de ambas actividades, tanto la producción agraria como la fotovoltaica, se podrían instrumentalizar a partir de leyes regionales, contribuyendo así a la introducción de una actividad fotovoltaica integrable en los recursos naturales actualmente dedicados a ganadería y agricultura.

 
 
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