Investigadores del grupo Delfo-URJC de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) de Madrid han colaborado junto a la Universidad del Sur de Dinamarca en un trabajo en el que se ha introducido una capa de vitamina C en la estructura de las células solares orgánicas con el fin de aumentar su estabilidad. Las pruebas de laboratorio de las células solares que incorporaban vitamina C demostraron pérdidas de eficiencia respecto a su valor inicial inferiores a las células solares que carecían de vitamina C.
Las células solares orgánicas son una tecnología emergente en el campo de las energías renovables. Para su fabricación, se usan mezclas de compuestos orgánicos como capa activa para absorber la luz y convertirla en electricidad. Esta tecnología ofrece ventajas como la ligereza y flexibilidad de los dispositivos, así como el bajo coste de producción. Sin embargo, la gran desventaja de esta tecnología es la durabilidad de las células fotovoltaicas debido a su degradación por la exposición al oxígeno, al calor y a la luz.
Para estudiar la evolución de la eficiencia, los investigadores fabricaron dos tipos de dispositivos, unos con vitamina C y otros sin esta sustancia, y se hizo una comparativa sobre su estabilidad. Después de 95 horas de funcionamiento, los dispositivos con vitamina C disminuyeron su eficiencia a un 62% de su valor inicial, mientras que los dispositivos de referencia, sin vitamina C, lo hicieron hasta un 36%.
Las células solares del futuro
Los resultados obtenidos, publicados en la revista científica ACS Appl. Madre. Interfaces, han demostrado que la incorporación de esta sustancia aumenta la vida útil de las células fotovoltaicas. Según señalan los investigadores, la caracterización electrónica de los dispositivos en condiciones de iluminación ha confirmado que la vitamina C actúa como antioxidante, eliminando los radicales que se forman en la descomposición de la capa activa.
Ahora, los investigadores se plantean estudiar si el uso de ácido ascórbico en otro tipo de materiales, tanto orgánicos como perovskitas híbridos, puede ser una estrategia que impulse la mejora de la estabilidad de las células solares.