El Instituto de Materiales Avanzados y Matemáticas (INAMAT2) de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) ha identificado los riesgos que podrían producirse en el futuro debido a la escasez de algunos minerales para la fabricación de módulos fotovoltaicos. La tecnología basada en silicio cristalino presenta pocas incertidumbres frente a las basadas en teluro de cadmio (CdTe) o calcopiritas (CIGS). No obstante, la investigación plantea que el mayor reto del futuro para la tecnología fotovoltaica consiste en mejorar los procesos de reciclado de los módulos solares.
El artículo, publicado en la revista científica ‘Progress in Photovoltaics: Research and Applications‘, presenta los resultados acerca de los impactos ambientales y sobre la salud humana de las diferentes tecnologías fotovoltaicas.
En 2022 se alcanzó más de 1 TW de potencia fotovoltaica instalada, equivalente a un millón de MW, lo que supone la instalación de millones de módulos fotovoltaicos anualmente en todo el mundo. Dada la enorme escala y ritmo a los que se están fabricando e instalando módulos solares, ello requiere una detallada evaluación de sus impactos para compararla con los de los combustibles fósiles, según indica Antonio Urbina, catedrático del Departamento de Ciencias, encargado de la investigación.
Riesgos en la producción de tecnología fotovoltaica
La investigación señala que el mayor del reto futuro para la tecnología fotovoltaica es mejorar los procesos de reciclado de los módulos solares de forma que se puedan fabricar en el futuro nuevos módulos a partir de los materiales recuperados de aquellos que hayan alcanzado el final de su vida útil, que se sitúa en torno a los 30 años.
El artículo también cuantifica los impactos de la electricidad generada por energía solar y demuestra que son mucho menores en todas las categorías analizadas que su equivalente en electricidad fósil. Además, la investigación ha identificado los riesgos que podrían emerger debido a la escasez de algunos minerales necesarios para la producción futura de módulos fotovoltaicos.
El catedrático señala que la tecnología basada en silicio cristalino tiene pocos riesgos, únicamente el uso de plata en los contactos, que se está reduciendo gracias a su sustitución por aleaciones basadas en estaño o cobre. En cambio, las basadas en teluro de cadmio (CdTe) o calcopiritas (CIGS) generan más problemas debido a la baja producción de indio, galio o telurio.