El proyecto europeo de cooperación interregional AgroRES, liderado por el Consorcio Agencia Extremeña de la Energía (Agenex), tenía como objetivo principal promover el uso de energías renovables en la agricultura y el sector rural en las regiones asociadas. Entre otras conclusiones, se ha detectado que la implantación de comunidades de energías renovables en zonas rurales y despobladas pueden ser clave para fomentar el uso de las renovables en este entorno. También se han identificado 22 buenas prácticas, muchas de ellas relacionadas con la energía solar.
El sector agrícola representa casi el 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero en la Unión Europea, principalmente para la producción y el transporte de alimentos. Aunque en la agricultura existe un gran potencial para producir energía renovable debido a la disponibilidad de viento, sol, biomasa y residuos agrícolas, aún quedan importantes barreras y desafíos, como trámites complejos de permisos y subvenciones, altos costes de inversión, acceso limitado al crédito y dudas sobre la rentabilidad.
En este contexto, AgroRES ha buscado concienciar sobre los beneficios de invertir en energías renovables en la agricultura y ha promovido el diálogo público para superar las barreras y desafíos identificados. Como resultado del proyecto, las regiones socias diseñan políticas que apoyen el uso de energías renovables en áreas agrícolas y rurales.
Principales resultados obtenidos en el proyecto AgroRES
La conferencia final del proyecto AgroRES se celebró el 19 de abril en el Palazzo Merulana de Roma. En el evento, cada región y socio presentó las iniciativas que están desarrollando y los principales resultados obtenidos.
Ocho socios de siete países (España, Polonia, Reino Unido, Finlandia, Italia, Rumanía e Irlanda) han participado en el proyecto AgroRES, financiado por el programa Interreg Europe. El consorcio involucra a una agencia pública, una institución educativa y de investigación y autoridades públicas regionales. En el caso de España, además de Agenex, ha colaborado el Centro Tecnológico Nacional Agroalimentario de Extremadura, Ctaex.
Gracias a la experiencia adquirida a lo largo de los cuatro años de duración del proyecto, se ha detectado que la implantación de comunidades de energías renovables en zonas rurales y despobladas pueden ser clave para fomentar el uso de las energías renovables en este entorno. Por ello, desde Agenex se están llevando a cabo otras iniciativas, como es el caso del proyecto recientemente aprobado ShareRES, para poder dar a las comunidades energéticas locales el impulso necesario.
Durante el encuentro, los socios también expusieron la falta de información detectada sobre las energías renovables, así como la financiación disponible en el mundo rural, por lo que los resultados del proyecto se han centrado en el desarrollo de oficinas de asesoramiento que permitan formar e informar a agricultores sobre el acceso a las energías renovables en este sector.
Respecto a las tecnologías innovadoras aplicables al entorno agrícola y rural, se destacaron las oportunidades de la biomasa, y otras entidades como Lubelskie Voivodeship (Polonia) y Regional Council of North Karelia (Finlandia) han logrado mejorar sus instrumentos políticos mediante la inclusión de disposiciones sobre fuentes de energía renovables en la agricultura en el contenido de sus estrategias regionales, además de enfatizar la importancia del desarrollo de cooperativas y clústeres energéticos locales.
Guía de Buenas Prácticas de AgroRES
La Guía de Buenas Prácticas de AgroRES presenta el conjunto de buenas prácticas sobre energías renovables en agricultura y áreas rurales identificadas por los socios del proyecto en Inglaterra, Finlandia, Irlanda, Italia, Polonia, Rumanía y España.
En concreto, se han identificado 22 buenas prácticas, tres de ellas españolas, en Extremadura. Una de ellas se basa en el bombeo solar fotovoltaico para riego de campos, con instalaciones de autoconsumo para reducir los altos costes de la energía eléctrica en la Comunidad de Regantes del Canal del Zújar; la segunda consiste en la producción de energía eléctrica, frío y calor mediante el aprovechamiento de residuos forestales y agrícolas en el proyecto TRIBAR ‘Microgenerador solar-biomasa de aprovechamiento residual’; y la tercera en la planta fotovoltaica flotante de la Comunidad de Regantes de Mérida.
En Finlandia se muestran las buenas prácticas de la adquisición y compra conjunta de energía solar como parte del proyecto North Karelia Towards Oil-Free and Low-Carbon Area (ERDF) con el objetivo de aumentar la participación de las energías renovables en la región de North Karelia; la plataforma de investigación, demostración y educación Sirkkala Energy Park, que promueve objetivos de desarrollo tanto nacionales como regionales para aumentar los conocimientos, la producción y el uso de energías renovables; la cooperativa de energía Eno en Karelia del Norte; la instalación de energía solar en la granja Alava; y la granja Kuittila energéticamente autosuficiente.
De Irlanda, la guía de buenas prácticas destaca el proyecto solar fotovoltaico de 250 kWp de O’Shea Farms; la instalación de paneles solares fotovoltaicos en la granja J & M Dairies; y la instalación fotovoltaica en la planta de tratamiento de agua de Polecat Springs (PSWTP).
Por su parte, las buenas prácticas identificadas en Reino Unido son las de un acuerdo de compra de energía sintética (SPPA), el establecimiento de mercados locales de energía o acuerdos de suministro local, la cooperativa de biomasa de Dartmoor, y el proyecto de energía de propiedad comunitaria; todas ellas en Devon. Y en Londres, se identifican el esquema de incentivos de calor renovable y el esquema de productividad del campo, llevados a cabo por la administración inglesa.
Finalmente, se identifican como buenas prácticas del proyecto AgroRES el programa RO-Energy – Electrificación de viviendas y el programa de instalación de sistemas fotovoltaicos para viviendas aisladas, en Rumanía; la compañía agrícola Maccarese y una granja de ciclo cerrado orgánica y multifuncional, en Italia; y la sala de calderas de biomasa para el Complejo Escolar de Ostrów Lubelski, en Polonia.
Servicios de apoyo a comunidades energéticas en Extremadura
Durante el intercambio de experiencias de AgroRES, el Consorcio Agencia Extremeña de la Energía (Agenex) conoció que muchos de los países participantes (Reino Unido, Irlanda y Finlandia) están implementando comunidades de energía renovable a través de la cooperación del sector público y privado. Gracias a los ejemplos de buenas prácticas y a los hallazgos del proceso de autoevaluación regional, Agenex detectó que la implementación de comunidades de energías renovables era altamente factible en una zona rural y despoblada.
De esta forma, el plan de actuación de Extremadura se centró en la puesta en marcha de comunidades de energía, con la titularidad compartida de las instalaciones de energías renovables, con la colaboración de las entidades públicas y la participación ciudadana. Para promover el establecimiento de comunidades energéticas, se necesitaban servicios de asesoramiento técnico y financiero en la región, y este ha sido el principal objetivo del proyecto AgroRES en la región.
En la ventanilla única (SICAREx), establecida recientemente para asesorar a los ciudadanos en materia de eficiencia energética y energías renovables gracias al proyecto AgroRES, se ha creado un apartado específico que está englobando todas las ayudas y mecanismos de financiación que buscan promover la creación de nuevas comunidades energéticas. El desarrollo de esta herramienta está fomentando las comunidades de energías renovables, lo que incentivará el uso de renovables en el sector rural extremeño. Además, Agenex podrá monitorear el progreso y desarrollo de estas nuevas comunidades.