Recientemente se ha publicado un informe sobre la percepción que tienen las ciudades y la sociedad civil respecto a las comunidades energéticas. En él se identifica el capital disponible, así como las barreras y oportunidades para el desarrollo colaborativo de comunidades energéticas con participación municipal. Los socios del proyecto LIFE LOOP, coordinado por Energy Cities, han sido los encargados de publicarlo.
Los hallazgos obtenidos son el resultado de una encuesta realizada a principios de año por RESCoop.eu para comprender mejor las realidades con respecto a la colaboración entre las cooperativas de energía ciudadana y los municipios locales en diferentes partes de Europa. Esta encuesta se dirigió a personas relacionadas con cooperativas o comunidades energéticas, así como a municipios locales.
Asociación entre ciudad y ciudadano
Entre los encuestados, el 63% manifestaron estar comprometidos con organizaciones ciudadanas, mientras que el 37% restante representaban a los municipios locales. Además, el 71,5% de los encuestados manifestó que ya había estado en relación con un proyecto energético comunitario específico, mientras que el 28,5% restante no lo había estado. Los participantes representan a 16 países de la UE y dos países no pertenecientes a la UE.
El informe señala también seis aspectos clave en la asociación entre la ciudad y el ciudadano. Refleja que se debe hacer una evaluación local detallada para revelar las razones que pueden desalentar a los municipios a colaborar con los ciudadanos en proyectos de energía comunitaria y viceversa. Además, señala como muy necesaria la sensibilización, junto con la creación de redes y plataformas para compartir experiencias y generar evidencia sobre los beneficios de las comunidades energéticas con la participación y el apoyo de los municipios.
Asimismo, son necesarias políticas específicas e incentivos concretos para los municipios, tanto a nivel nacional como europeo, para apoyar el desarrollo de comunidades energéticas con la colaboración entre las autoridades locales y las iniciativas de los ciudadanos. También se necesita capacitación específica y desarrollo de capacidades para que los municipios locales puedan participar en comunidades energéticas, no solo en torno a habilidades técnicas relacionadas con cuestiones financieras y legales, sino también competencias en comunicación, confianza y construcción de relaciones.
Por otro lado, el informe destaca que monitorear el progreso es imperativo para el desarrollo de comunidades energéticas con participación ciudadana. Finalmente, recoge que los Estados miembros deben reconocer plenamente el papel de las comunidades energéticas e incluir fondos en los presupuestos nacionales y regionales que puedan ser utilizados por las autoridades regionales y locales para salvaguardar un papel activo y el apoyo de los municipios en las comunidades energéticas.
Iniciativas y comunidades energéticas
El informe proporciona algunas recomendaciones preliminares para los actores clave como autoridades locales que deseen involucrarse en comunidades e iniciativas energéticas impulsadas por ciudadanos que deseen colaborar con sus municipios locales.
Establece que, para prosperar, las comunidades energéticas necesitan crear alianzas e involucrar a una variedad de partes interesadas locales. Las comunidades energéticas se construyen por personas para personas, por lo tanto, su establecimiento requiere varias condiciones sociales previas, incluida la confianza. Sin embargo, los encuestados piensan que los niveles de confianza mutua no siempre son suficientes y que los principales socios potenciales de las iniciativas ciudadanas, es decir, las autoridades locales, las ONG y las pymes, no reconocen por igual los beneficios de las comunidades energéticas.
Igualmente, en los países europeos destaca el bajo nivel de apoyo político y la falta de visión política con respecto a las iniciativas y proyectos de energía comunitaria. Los encuestados también acusan la ausencia de un diálogo abierto y directo entre las comunidades energéticas y los funcionarios de alto nivel de los respectivos ministerios de energía. Establece que se debe defender el desarrollo de políticas específicas, tanto a nivel nacional como europeo, para eliminar los contraincentivos existentes y, en última instancia, apoyar a las comunidades energéticas impulsadas por los ciudadanos con participación municipal.
Finalmente, alrededor del 39% de los participantes en la encuesta rechazaron enérgicamente la afirmación sobre la compatibilidad de las políticas de contratación pública y los proyectos energéticos comunitarios. Además, alrededor del 31% señalaron que las normas de contratación municipal son incompatibles con los proyectos energéticos comunitarios. Al mismo tiempo, alrededor de una quinta parte de los encuestados aseguró no tener una opinión específica o conocimiento sobre el tema.
El análisis revela que al trabajar juntos para desarrollar las comunidades energéticas se pueden aprovechar sus respectivas fortalezas para superar obstáculos y lograr su objetivo compartido de propiedad local del poder. A través de la colaboración, las iniciativas ciudadanas y los municipios locales pueden aprovechar su complementariedad, impulsándose mutuamente cuando sea necesario. Al unirse, pueden lograr avances significativos hacia un futuro más sostenible.