Se estima que más de 100.000 toneladas de paneles solares al final de su vida útil ingresarán al flujo de residuos de Australia para 2035. En base a esto, los investigadores del Instituto de Materiales Fronterizos (IFM) de la Universidad de Deakin (Geelong, Australia) han desarrollado un proceso para recuperar de manera segura y eficaz el silicio de los paneles solares viejos, con el fin de convertirlo en un nano material con un valor de más de 45.000 dólares por kilo.
Este nanosilicio se mezcla con grafito para desarrollar un nuevo tipo de ánodo de batería que aumenta la capacidad de la batería de iones de litio en un factor de 10, un avance crítico en la tecnología de almacenamiento de energía.
Según los investigadores, las células del panel solar se fabrican con silicio de alto valor, pero este material no se puede reutilizar sin purificación, ya que se contamina mucho durante los 25 a 30 años de vida útil del panel. El nuevo proceso es capaz de devolver el silicio recolectado de las células usadas a una pureza superior al 99% en un día y sin necesidad de productos químicos peligrosos. Posteriormente, el proceso Deakin toma este silicio purificado de tamaño regular y lo reduce a nanoescala mediante un proceso especial de molienda de bolas.
Nanosilicio más asequible
El precio de mercado actual del nanosilicio es de unos 45.000 dólares por kilo, en comparación con los 650 dólares del silicio normal, y tiene una demanda aún mayor. No solo para nuevos materiales de baterías, sino también para su uso en el desarrollo de nanofertilizantes, nuevos métodos innovadores para la captura de carbono y la generación de gas hidrógeno bajo demanda.
Al reciclar los paneles solares, el equipo de IFM ha encontrado una manera de hacer que este material tan costoso sea más accesible. Estiman que su técnica podría generar 15.000 millones de dólares en recuperación de materiales si se extrapola a los 78 millones de toneladas de residuos de paneles solares que se espera que se generen a nivel mundial para 2050.