Investigadores de la Universidad Hebrea (Jerusalén) han desarrollado un prototipo de una nueva celda solar para cubrir completamente áreas agrícolas y masas de agua, capaz de generar electricidad verde y permitir la producción agrícola al mismo tiempo, sin interrumpir los hábitats naturales debajo de los paneles fotovoltaicos, sin agotar los recursos naturales y sin dañar el medio ambiente.
Todas las tecnologías existentes para la generación de energía verde en tierras agrícolas emplean celdas fotovoltaicas basadas en silicio, que son completamente opacas o solo parcialmente transparentes a la mayor parte del espectro de luz o colocadas en conjuntos alternativos, dando como resultado una menor eficiencia en la generación de energía, así como una reducción de la producción agrícola.
Basadas en cristales de perovskita, las nuevas células solares se producen en un proceso relativamente sencillo utilizando materiales baratos y disponibles. Una sustitución química hace que las células solares sean transparentes a la zona más eficiente del espectro de luz que impulsa la fotosíntesis, mientras que gran parte del resto de la energía lumínica se transforma en electricidad.
Uso del 90% de la energía solar que no se utiliza en la fotosíntesis
Un estudio publicado en 2018 en Global Food Security mostró que el valor del cultivo de vegetales constituye alrededor del 30% del valor total de todos los cultivos combinados, medido en alrededor de 1.850 millones de dólares. El proceso de fotosíntesis con el que se cultivan todos los cultivos utiliza alrededor del 10% de la energía luminosa total disponible del sol.
Por lo tanto, era solo cuestión de tiempo antes de que la investigación creativa encontrara una solución mucho más eficiente para la producción combinada de electricidad y productos agrícolas, utilizando el 90% restante de la energía solar que no se usa en la fotosíntesis.
Por otro lado, los cálculos basados en datos actuales indican que el uso de estas nuevas celdas reducirá el precio de la energía por kWh en Israel en un 75%, lo que reducirá los costos agrícolas y aumentará los ingresos y la rentabilidad agrícolas.