La primera comunidad energética solar de Donostia (San Sebastián), denominada TEK Berio (Tokiko Energia Komunitatea), entrará en funcionamiento antes del verano de 2023. Se instalarán 267 placas fotovoltaicas en la cubierta del edificio de Gureak, grupo empresarial donostiarra que trabaja para potenciar la inclusión sociolaboral de personas con discapacidad. Estos paneles solares abastecerán de energía renovable a 180 hogares y pequeños comercios de la zona.
Esta comunidad nace con el objetivo de reforzar la apuesta por la transición energética en el territorio. El proyecto ha sido presentado a los vecinos por el diputado foral de Medio Ambiente y Obras Hidráulicas de la Diputación Foral de Gipuzkoa, José Ignacio Asensio; el consejero delegado de Edinor, Juan Diego; la concejal de Ecología del Ayuntamiento de Donostia, Marisol Garmendia, y el director de Innovación de Gureak, Jon Ander Arzallus.
El proyecto impulsado por Edinor cuenta con apoyo del departamento de Medio Ambiente de la Diputación Foral de Gipuzkoa. De hecho, para la constitución de la TEK de Berio dicho departamento ha aportado 30.000 euros.
El proyecto de las TEK también ha recibido ayudas de los Fondos Next Generation UE. Estos fondos se han canalizado, con ayuda del departamento de Medio Ambiente, a través del Ente Vasco de Energía (EVE) que en su programa de autoconsumo ha financiado con 87.375 euros este proyecto.
Autoconsumo energético y gestión sostenible
La instalación, que se ejecutará en el barrio donostiarra de Berio, contará con una superficie de 800 m2 y una potencia total instalada de 120 kW, la cual generará energía solar verde en régimen de autoconsumo a las viviendas y negocios situados en un radio de 1.000 metros.
Además, los vecinos que participen en la TEK podrán obtener una considerable reducción en su factura eléctrica, ya que la energía que se consume de las placas, y que equivale aproximadamente al 25% del consumo de una vivienda, se descuenta de la factura.
Junto a los beneficios económicos, la TEK Donostia contribuirá también a la sostenibilidad de la ciudad, dado que evitará la emisión de 750 toneladas anuales de CO2. Asimismo, ofrecerá a la ciudadanía y a las entidades locales la oportunidad de implicarse en el proceso de generación y consumo de energía de una forma más limpia, solidaria y sostenible.