Un equipo de investigación de la Universidad de Córdoba ha llevado a cabo una simulación que aborda la combinación entre agricultura y producción de energía fotovoltaica en un mismo terreno para árboles de mayor tamaño. El estudio ha identificado un espacio geométrico entre las filas de los paneles solares en el que este tipo de cultivo sería rentable.
La agrivoltaica se ha limitado durante la última década a la plantación de hortalizas y cereales de poca altura, para evitar que las sombras de las plantas interfieran en la cantidad de luz que reciben las placas. Sin embargo, la investigación de la Universidad de Córdoba ha demostrado la viabilidad de sistemas en los que los paneles solares conviven en una misma superficie con plantaciones de árboles de mayor altura situados en filas.
Esta es, al menos, una de las principales conclusiones de un estudio elaborado por el equipo de investigación ‘Física para las Energías y Recursos Renovables’ de la Universidad de Córdoba, en el que se ha realizado una simulación del sombreado que se produciría entre estos cultivos y placas solares que giran sobre un eje horizontal para optimizar la captación de luz.
Uso más eficiente del terreno
El estudio ha conseguido identificar un espacio geométrico entre las filas de los paneles en el que el cultivo de árboles en seto podría ser rentable. Concretamente, según los resultados del trabajo, en el caso de olivares de hasta tres metros de alto y 1,5 metros de ancho, la ratio de suelo equivalente podría aumentar hasta un 47%. Esto quiere decir que una sola hectárea de suelo podría generar la misma producción agrícola y fotovoltaica que 1,47 hectáreas en el caso de que ambas se generaran por separado en superficies diferentes.
Con la agrivoltaica, se necesitaría menos suelo para producir lo mismo, por lo que se obtiene un uso más eficiente del terreno, subrayan los autores de la investigación.
Paneles que juegan con la orientación del sol
Para aumentar el rendimiento económico global del terreno es esencial la oscilación de los paneles solares móviles, cuyo movimiento ha sido simulado en este trabajo de la Universidad de Córdoba con el objetivo de corregir las posibles sombras que puedan producirse a lo largo del día en función de la orientación del sol.
El equipo investigador ha propuesto una nueva estrategia de seguimiento y retroceso de las placas solares, jugando con su orientación para optimizar al máximo el sistema.
El grupo responsable del estudio (TEP-215) colabora desde hace años en el desarrollo de soluciones tecnológicas que optimizan el aprovechamiento de las energías renovables y su sostenibilidad. Sus líneas de trabajo abarcan campos como el de la fotovoltaica, las redes de riego o los vehículos eléctricos y ha colaborado en varios proyectos de investigación como ‘Agrilight’, ‘Helio4learning’ o ‘Gosuber’. También ha participado en el desarrollo de varias patentes sobre plantas de energía solar y heliostatos, espejos que permiten dirigir los rayos del sol en una determinada dirección a pesar del movimiento de la Tierra.