Profesorado del Grupo de Investigación ERESMA (Gestión Inteligente de Recursos Energéticos) de la Universidad de León (ULE) ha llevado a cabo el estudio titulado ‘Evaluación de la viabilidad técnico-económica de plantas virtuales eólico-solares conectadas a red’, realizado a petición del área de empresas participadas de Caja Rural de Soria (Ruralia). Aborda la viabilidad de ese sistema energético combinado, que se presenta como una alternativa sostenible para las plantas renovables existentes.
La combinación de la característica de producción solar con la eólica permite un mayor aprovechamiento de la capacidad de evacuación de energía del punto de conexión. Esta permite una mayor flexibilidad y controlabilidad en la operación de la planta, así como un mayor atractivo para inversores y promotores, según explica Alberto González, investigador principal del proyecto junto con Miguel de Simón, ambos profesores de Ingeniería Eléctrica y Energías Renovables de la ULE, que han trabajado en esta investigación desde el pasado mes de julio.
A través de esa conexión entre energía eólica y fotovoltaica, se consigue una generación de energía más estable y menos dependiente de las variaciones meteorológicas, incrementando la eficiencia energética.
Conclusiones del estudio
En el estudio, los investigadores del Grupo ERESMA de la Universidad de León constatan que la energía fotovoltaica y la eólica se complementan muy bien, sobre todo si se aprovechan los parques de aerogeneradores ya en marcha.
También resulta una combinación positiva teniendo en cuenta que los costes de las instalaciones fotovoltaicas se han reducido notablemente y son completamente sostenibles, ya que no hay que invertir en adquirir y trasladar el recurso para su aprovechamiento, como ocurriría con otras renovables, como en el caso de las actuales centrales de gas, térmicas y de biomasa, que estarían limitadas por el propio recurso.
Así, una instalación fotovoltaica se complementa con la eólica optimizando la potencia disponible de evacuación. Por ejemplo, un parque eólico ronda las 3.000 horas de producción, la fotovoltaica llega a unas 1.500 horas y el año tiene 8.760 horas, por lo que hay un tiempo en el que se puede hibridar con fotovoltaica. En definitiva, el estudio del Grupo ERESMA de la ULE concluye que la fotovoltaica se presenta como un complemento para aumentar la generación de energía en parques eólicos.