Con una inversión de 2,5 millones de euros, el Consorcio para la Gestión de Residuos Sólidos de Asturias (Cogersa) instalará placas fotovoltaicas en las cubiertas de la planta de clasificación de basura bruta (la de la bolsa negra, o residuos municipales mezclados) que está construyendo en Serín. La instalación permitirá lograr un nivel de autoabastecimiento de energía renovable de origen solar de hasta el 32% del total del consumo mensual del nuevo equipamiento.
La viceconsejera de Medio Ambiente y Cambio Climático, Nieves Roqueñí, presidió el pasado 11 de marzo una reunión de la Comisión Delegada de Cogersa donde se dio el visto bueno al inicio de la contratación.
La entidad se propone contratar y ejecutar esta actuación durante las obras de construcción de la nueva planta, a través de un modificado del contrato que pretende hacer más sostenible el proyecto elaborado en 2018. Para ello, aprovechará las ventajas que se han introducido en el marco regulatorio del autoconsumo desde entonces.
En concreto, Cogersa pretende ahorrar costes energéticos con casi 8.000 paneles que ocuparán una superficie de 17.656 m2 y una potencia que rondará los 2,88 megavatios.
Nueva planta de clasificación de bolsa negra
En julio de 2021 comenzaron las obras de la planta de clasificación de bolsa negra de Cogersa, que supondrán una inversión cercana a los 60 millones de euros ejecutados con fondos propios del consorcio. Los trabajos avanzan a buen ritmo y está previsto que la planta comience a operar en pruebas en la primavera de 2023.
El nuevo equipamiento tendrá capacidad para procesar 340.000 toneladas anuales de residuos mezclados de la bolsa negra y 75.000 de voluminosos y desechos industriales no peligrosos. En ella se recuperarán anualmente unas 84.000 toneladas de materiales (plásticos, metales, madera, etc) y se elaborarán 160.000 toneladas de combustible sólido recuperado (CSR) y otras 28.000 de material orgánico bioestabilizado.
Por último, el consorcio ha aprobado recientemente la adjudicación del nuevo contrato de suministro eléctrico de las instalaciones centrales de Serín, por un importe superior a 3 millones de euros anuales. Se trata de una cantidad que no toma en consideración el consumo futuro de la nueva planta de clasificación, que triplicará el coste de la factura eléctrica de la entidad.